ÐEÐØS QUIETØS

sábado, 5 de marzo de 2011

Alma vendida


Volví a vender mi alma, esta vez al mejor postor,
pero antes tuve que liberarla del sótano del infierno,
arrebatársela al amo de todas las mentiras.

Enajené mi alma candente a un ángel,
a una sibarita mariposa del paraíso,
para ser libre dentro de una canción.

Mi libertad ha condenado tu alma,
la ha adosado perenne a la mia,
fue el pacto con el ángel seductor.

Somos libres en está dimensión,
esclavizados en cuerpo y alma
sin límites ni fronteras.

No podrás concebir desencadenarte,
por ti volvería a vender mi alma,
mis siete almas restantes.